Irrealidad
Este
es otro de esos primeros poemas que surgen en clase de escritura creativa. En
esta ocasión el tema seguía siendo libre, aunque el poema debía tener forma de pirámide.
Así, jugando de nuevo con la extensión de los versos, surgió Irrealidad.
Déjame
dibujarte sonrisas
que prendan como
fuego
de enero sobre ti.
Que no se
apaguen nunca las
ascuas de abril
porque sigas
ardiendo siempre para mí. Que
el fulgor en tu
mirada se convierta en estrella fugaz cuando
me miras y
redescubres cada rincón de mi cuerpo convirtiéndolo en
poesía, desatando
la sinfonía que hace detonar al sol en colores iridiscentes en
mis pupilas. Y que
la sensación de irrealidad no acabe cuando te vayas lejos de mí.
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