Game Over

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Este relato surge, hace algunos años, a partir de un ejercicio propuesto por mi profesora de escritura creativa. En él se nos invitaba a trabajar el léxico familiar. ¿Y a qué nos referimos con esto? Pues serían todas aquellas palabras que solemos utilizar con más frecuencia en nuestra casa con nuestros familiares. Si os animáis podéis probar a intentar sacar una historia a partir de algunas de esas palabras más repetidas en vuestro entorno. Si estáis atascados, no sabéis por dónde empezar o le teméis al odioso papel en blanco esta es una muy buena opción por la que empezar, ya que estaréis trabajando con algo que conocéis y funciona muy bien como disparador creativo.

Yo estuve un rato pensando y dándole vueltas a esas palabras, tanto a las que solía escuchar en el presente como a aquellas que había oído cuando era más niña. Me quedó una lista bastante extensa así que decidí reducirla y quedarme con 5 palabras que compartían un nexo común: ser utilizadas por mis sobrinos y pertenecer al mundo gamer. Creo que a raíz de esto surgió un relato divertido y bastante diferente a lo que suelo escribir. 

A continuación, os muestro las 5 palabras que escogí para montar el ejercicio, tomando como inspiración las partidas de mis sobrinos:

La semana pasada coincidió que mis dos sobrinos, ambos de una edad parecida (alrededor de los ocho años), vinieron a mi casa el mismo día. Nada más llegar ambos pedían a gritos jugar a la Wii o a la PlayStation 4, de manera que al rato accedí. La primera batalla fue ponerlos de acuerdo sobre que juego querían jugar y en que plataforma. Tras unos minutos de discusión, ambos accedieron a jugar al Mario Party 9 en la Wii.

La partida comenzó, avanzando lentamente en el tablero al principio y ganando posiciones ambos poco a poco. En la tercera tirada, Ángel cayó en una casilla con la opción de jugar a un minijuego, pudiendo elegir entre cinco opciones. Su elección fue el llamado “Combate volcánico”. Aquí debían de estar pendientes de no caer de la plataforma móvil, sino caerían al fuego, siendo eliminados del minijuego. Siendo consciente de ello, cuando los dos jugadores controlados por la Wii cayeron al fuego, Ángel se acercó al personaje de su primo y de un golpe lo arrojo a la lava. Fue entonces cuando Iker refunfuño una y otra vez “¡Pero Ángel, no me tires al chorizo!”

El siguiente minijuego pudo elegirlo Iker. De entre todos escogió el titulado como “Lluvia de pinchos”. En este minijuego debían esquivar la lluvia de pinchos y llegar los primeros a la meta con el mayor número de globos recogidos. Desde el comienzo de la partida Iker iba el primero, por eso no dejaba de chinchar a su primo haciéndole comentarios como “Vas el último, Ángel” o “Vas a perder Ángel, yo soy más pro que tú”. A lo que Ángel respondía, realmente indignado con su primo, “¡Me está troleando tita! ¡Dile que pare ya!”

La realidad es que ambos eran realmente unos noobs en algunos de los minijuegos, controlando solo aquellos que habían jugado más veces, aunque con el paso del tiempo podrían ser unos pros. Sin embargo, en esta ocasión no pudieron terminar la partida, ya que el personaje de Ángel se quedó bugeado en la partida contra el jefe final (de nombre “Todos contra Laiku”), chocando una y otra vez contra el mismo obstáculo.

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